MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

martes, junio 30, 2009

La caña de la Gran Bretaña


Cada año encuentro una peli inglesa feliz que me flipa. Bend It Like Beckham, Love Actually, Persuasión, The Boat That Rocked... en fin, esas cosas.

La de hace dos años, la peli inglesa de 2007 que más me gustó, la acaban de estrenar aquí. El título original es St Trinian's. El cutre título traducido, Supercañeras.

Se basa en unas tiras cómicas de Ronald Searle que cuentan la vida en el internado St. Trinian, una especie de anti Torres de Malory con unas estudiantes mafiosas, salvajes y chungas a morir, y unas profes tres cuartos de lo mismo. De la peli sabíamos eso, y que la directora del cole del cole era... Rupert Everett.

El verano pasado, a la vuelta del viajecito literario a Londres, con toda esperanza de que la estrenaran aquí perdida, Jónatan Sark la bajó y la pusimos en casa. Y gustó.

A algunos por las niñas preciosas que salen. A otros por ver a Rupert Everett en plan reinona. A otros por Colin Firth, que es supersexi y garantía de calidad. A otros por las supermegareferencias a Pride&Prejudice. A otros simplemente por las aventuras chupis. A otros por la música de la peli, que es supertotal y de cuyo tema principal hay un video colgado ahí a la derecha desde hace meses, aunque tiene varias muy guays.





La peli empieza con la llegada a St. Trinian de Anabelle, la sobrina de la directora -Camilla Fritton, aka Rupert Everett-, que está más horrorizada por el cole a cada minuto que pasa en él. Y se lía cuando conocemos que A: St.Trinian tiene serios problemas económicos y puede cerrar, y B: está en el punto de mira del nuevo ministro de Educación -Jeffery Thwaites, aka Colin Firth-, un antiguo amor de Camilla.

Hay tribus urbanas (pijas buenorras, chonis, geeks, emos...), hockey, una destilería ilegal, profes en distintos grados de alcoholismo, un gangster macarra, políticos, periodistas, un buen puñado de caras conocidas... y un golpe.

Aparte de tener la peli en mi ordenador y haberla visto miles de veces desde el otoño pasado y ponérsela a todo el mundo, me compré el dvd en inglés, dvd que le presté a la Perri, a la que por cierto le encantó. St. Trinian's es total (hasta en español, aunque menos), pero aquí esta peli podría ser la bomba o un fracaso espectacular.

Es una peli perfecta para ir mezclados mayores y pequeños. Hará las delicias de los anglófilos. Cualqueir fan del Pride&Prejudice de la BBC o de Colin Firth debería verla.

Pride and Prejudice (escena)
St.Trinian's (escena)

Recomiendo quedarse hasta el final de los títulos de crédito, para escuchar una maravillosa versión de Love is in the Air...

Han tardado dos años en estrenarla, le han puesto un título absurdo y cuando fui al preestreno (cortesía de Sheena) estaba tan vacío que me temo lo peor.

Vamos, que mi recomendación es que la vayais a ver mientras aún podáis.

lunes, junio 29, 2009

Final de curso

He tenido un mes de junio un poco ocupado. Las evaluaciones en el instituto, mis exámenes de la uned, actuaciones de baile, cañas y cenas de despedida, mis enfados con algunos de mis vagos alumnos, visitas variadas en casa... no ha sido un mes malo, al contrario, pero sí muy cansado. Se me han descuadrado los horarios de sueño, no he conseguido dormir demasiado y voy renqueando de un lado a otro del puro cansancio.

Pero lo peor, con diferencia, es el agotamiento mental. Después de los exámenes siempre me quedo sin cerebro y mi capacidad de hablar coherentemente se esfuma: confundo las palabras, me salen frases inconexas y suelto muchas absurdeces. El otro día mi amiga Adalias flipaba y se reía porque le cuando pretendía decirle (lo prometo) "mira qué pañuelo más bonito" me salió un "déjame en paz". Incluso en sueños estoy fatal. Una noche mi chico oyó un ruido rarísimo y se levantó a ver si le había pasado algo a la gatina. Yo, que estaba dormida como un cesto, alcancé a decirle:

- No pasa nada, es sólo un señor imitando a un calabacín.

Y me quedé tan ancha. Dormida y ancha. Dormida, ancha y absurda. Eso sí, al día siguiente el cachondeíto que tuve en casa fue pequeño, porque aunque yo no me acordaba de mucho mi chico ya se encargó de contarlo.

En fin, que ya estoy de vacaciones, recuperando mi CI y preparada para disfrutar de todos los planes que tenía en mente durante todo este mes. Porque en todos estos días de cansancio, reuniones de evaluación interminables y nervios, sólo tenía la mente puesta en el 26 de junio, mi último día de trabajo y en el montón de cosas que quiero hacer en Madrid, desde ahora hasta el 11 de julio, día en el que me voy a Palma.

Quiero ir a la exposición de Sorolla, a la de los mundos del Islam y la de Annie Leibovitz (la de Matisse ya la hemos visto). Tengo un par de pelis de cine pendientes. Y unos cuantos tochazos por leer, de esos novelones largos y fáciles de lectura de verano. Me voy a hartar de ver espectáculos de danza oriental en el megafestival que se está montando en Madrid. Y, lo mejor, voy a tomar clases con algunos de los maestros míticos de Egipto.

Odaliscas de Matisse, en el Thyssen

Estoy en ese momento dulce del comienzo de las vacaciones, con muchos planes interesantes en mente y con el descanso que tanto necesitaba mimando mi cuerpo. Qué buen rollo.

viernes, junio 26, 2009

Presentación en sociedad


Chicos, éste es mi nuevo capricho de mi Hello Kitty.
(Date la vuelta, no seas tímido...)

Capricho de Hello Kitty, estos son los chicos.

Preveo que vamos a pasar muy buenos ratos juntos.

jueves, junio 25, 2009

Veinte ídolos teen, veinte (diez que sí, y diez que no)


Sigo sin ordenador, es decir, emaileando, bloggeando, facebookeando y twittereando desde el trabajo o desde el pc del Hombre Malo. Lo que no he hecho casi nada ha sido actualizar, actividad que me obligaría a escamotearle más tiempo al hombre malo o, peor, a mi patrón, a mí señor, a mi jefe, a mi empresario... a quien paga mi salario, en definitiva.

Pero hoy sí. Hoy toca post invitado. Distraigo unos minutillos de mi jornada laboral programando este post tan chupi y tan lleno de jóvenes imberbes. Queridos amigos, commentaristas, lectores anónimos, visitantes puntuales... les presento a mi becaria, MeriBella. [Mis aportaciones irán en verde y entre corchetes]

La historia de este post invitado es la siguiente: mi hermana M tiene 19 años. Como me veía siempre leyendo el blog de Be (es que estoy muuuuuy enganchada), ella también empezó a leerlo, y claro, se ha hecho fan; pero le parece que la media de edad de la gente que lo comentaba era un poco elevada para ella [¿será que el treintañerismo es fuerte en este blog?], y me dijo que le pidiera a Be que escribiera una entrada para atraer jóvenes lectores [más tirando a post-adolescentes que a viejunos sexis, vaya]. Así que yo se lo dije, y le conté que se me había ocurrido un top ten de ídolos teen de no más de 25 años que queremos ver desnudos (inspirado en el que hizo Be de escritores)... y de paso, otro de los que NO queremos ver.

Be me ha dicho que lo escribamos entre las dos [de hecho, yo me voy a limitar a poner comentarios entre corchetes, como éste], y una oferta para colaborar en Quédate a Dormir no se puede rechazar, así que ahí va:
(Antes de nada, gracias a mi hermana M y a sus amigas B, S y P que me han ayudado a hacer la lista)

Empezamos con los que NO queremos ver desnudos:

Top Ten Teen NO

10. Zac Efron (21)

No tenemos nada en contra de Zac.

Nada.

De hecho, nos parece un niño muy mono [y que canta muy bien, soy superfan de HSM y Hairspray rules!!!], pero verle desnudo…

¡No por Dios! Sería como ver a tu hermano pequeño.

9. Fernando Torres (24)

Nos encantan sus pecas [vivan las pecas!!!].

Pero no podemos con ese pelo tan teñido [yo haría constar, además, que se metió en el Atleti con 10 años, y eso no presagiaba nada bueno -bruja, no me mates-, y que aunque ha intentado enderezar su vida pasándose al Liverpool, pues que más o menos]. Y además se ha casado con una que no nos gusta nada… Descartado.

8. Daniel Radcliffe (19)

Daniel nos gusta [pero sólo] porque siempre será Harry.

Le viste su peor enemigo (si os parece malo este chaleco buscadle en google con su traje de florecitas "liberty"), [se pinta los labios y los ojos más que nosotras] y tenemos dudas de sus tendencias sexuales [yo no las tengo, pero es que MeriBella es más joven y ha visto menos mundo]. Si le viéramos desnudo sería porque le arrancaríamos la ropa para quemarla y enterrarla [y luego nos arrancaríamos los ojos de las órbitas y también los quemaríamos, al menos yo]. Lo sentimos, Harry, te has ganado el puesto.

7. Maxi Iglesias (18)

La verdad es que no queremos ver desnudo a ninguno de los chicos de "Física o Química", él es un mero representante [mi becaria es sabia].

¿Por qué le hemos elegido? Porque no se puede ir taaaaaan de tío bueno siendo un habitual de "Superpop" [aunque parezca mentira].

[Aparte de que, por Diox, ¿habéis visto en vuestra vida algo más asqueroso que la foto que acompaña a estas líneas?]

6. Bill Kaulitz (19)

¿Hace falta comentar algo?

Bueno sí, para quienes estén pensando [como yo] "¿no era una lista de chicos?" Es que… es un hombre.


[¿Lo sabe su madre?]
[Más importante, lo sabe él?]


5. Sergio Ramos (23)

Se alisa el pelo [si a mí me da pereza pasarme la plancha, imagina la pereza que me puede dar un tío que lo hace a diario].

Está orgulloso de su cuerpo y a la que puede nos obliga a verlo [puaj].

Usa zapatos blancos de cocodrilo y punta [repuaj].

No podemos entender que nadie forre su carpeta con su cara… o su torso desnudo [tripuaj].

4. Cristiano Ronaldo (24)

Porque los hombres que queremos desnudar no deben usar ropa tres tallas pequeña ni mini-shorts [cuánta verdad, MeriBella, cuánta verdad].

Porque es verle y pensar en centros de depilación.

Y… ¡porque se ha liado con Paris Hilton! [Y ahora va la tía chunga y dice que le dejó por "mariquita", riámonos a coro MeriBella, riámonos: JAJAJAJAJAJA!]

3. Nick Jonas (16)

Porque es muy repelente, y usa (igual que sus hermanos) una cosa muy siniestra llamada "anillo de castidad" [que, como dice mi hermana Ro, ni siquiera cambia de color si frinkas, menudo timo].

Y porque el sitio en el que mejor nos encaja a primera vista (antes de ponerse tantas joyas-pañuelos-gafas-bolsos como los otros jonas [lo cual es otro claro punto en contra]) es un poblado amish.

2. Joe Jonas (19)

Porque abusa del rosa. Porque es igualito a Michael Jackson después de operarse [o en el medio, concretamente entre la quinta y la sexta operación].

Y porque su video imitando a Beyoncee con mayas es lo más vomitivo que hemos visto en mucho tiempo.

1. Kevin Jonas (21)

Es difícil elegir cuál de los Jonas Bothers es peor, pero después de pensarlo mucho nos hemos quedado con Nick.

Nunca desnudaríamos a alguien que llevara más anillos, pulseras y colgantes que nosotras [cuánta verdad].

Es paticorto y tiene caderas de chica [siendo peor lo segundo que lo primero]. Se viste con ropa de mujer (anciana). Y además se parece a Susan Boyle [y encima canta peor: creepy]. Si le vemos, que no sea desnudo, ¡que sea muerto!

Y ahora vamos con los que sí queremos ver sin ropa (yuhuuuuu!):

Top Ten Teen

10. Martín Rivas (24)

Es guapo guapo guapo [yo no le conozco más que en foto, pero así a priori no me parece mal].

Tiene una sonrisa perfecta (¡y torcida!) y es muuuy tímido… Ahora no me acuerdo de por qué no le hemos puesto el primero…

9. Jon González (23)

No es tan guapo como Martín Rivas, pero es el "chico malo" de la clase, y ¿para qué negarlo? a nosotras nos pone más [tampoco le conozco, pero tampoco me parece mal].

Además, la cazadora de cuero que aquí no lleva, pero… ¡googlead! [voy]) le queda como a pocos [no está mal, MeriBella, pero el próximo día que tengamos un google a mano te voy a enseñar lo que es la vida, y las cazadoras de cuero].

8. Jackson Rathbone (25)

No es el típico guapo, pero es "misterioso".

Salir en Crepúsculo le da muchos puntos [ou yeah]. En Estados Unidos se ha hecho mega-famoso y aquí va camino de serlo [¡sección "Chicos Crepúsculo" en Ragazza YA!].

Y además nos gusta como canta (tiene un grupo que mola mucho, "100 monkeys") y como trata en las entrevistas a su pareja en la peli (Ashley Greene).

7. Juan José Ballesta (21) y Mario Casas (23)

Empatan porque es imposible elegir entre dos personas tan semejantes.

Los dos son unos macarras y no pegan nada con mi forma de ser, pero se parecen a "mi amorsito" [estaba ahora mismo pensando lo mucho que se parecen a tu novio, MeriBella, sobre todo Mario], así que tenían que estar.

6. Jamie Bell (22)

Desde que le vimos en Billy Elliot nos encanta [pecas power!!!].

No levanta tantas pasiones entre las niñas de 12 a 16 años como los actores Disney pero a nosotras nos gusta; y para algo es nuestra lista.

Y últimamente ha salido en pelis muy buenas [que yo digo avergonzada que creo que no he visto, y menos avergonzada que el niño es una monada].

5. Tom Sturridge (22)

De momento sólo es muy conocido en Inglaterra, (él es de Londres) donde ha salido en varias series; pero tiempo al tiempo.

Después de verle en "Radio encubierta" estamos dispuestas a vivir en un barco viejo que podría hundirse en cualquier momento por él [siiiiiiiii, siiiiiiiiii]; y a subir al mástil más alto [siiiiiiiii, siiiiiiiiii] (también lo haríamos por Philip Seymour Hoffman, pero ese ya hace mucho que pasó de los 25 [conste que lo ha dicho MeriBella, no yo, pero lo suscribo totalmente]).

4. Chace Crawford (23)

Le han elegido el mejor soltero de oro del mundo esta semana, y entendemos por qué.

Puede que Nate Archibald (su personaje en Gossip Girl) sobre en la serie, pero nosotras no queremos vivir sin Chace [de GossipGirl vi dos episodios o así, así que de nate no puedo decir nada, pero Chace es guaaaaaapo. Eso sí, ¿qué tipo de nombre es Chace?].

Chan chan, chan chan…. ¡nos vamos acercando!

3.Taylor Lautner (17)

Vale, sí, es muy pequeño. Pero nos gusta igual, incluso con el pelucón que le pusieron para Crepúculo.

Hasta firmamos en Internet (e hicimos donaciones de 2 euros [MeriBella, ¡que eres becaria! ¡Que tu sueldo da más vergüenza que el mío!!!]) para que siguiera saliendo en las pelis.

Está tan cachas que nos sentiríamos muy seguras a su lado. Y nunca tendríamos ganas de adoptarlo ni hermanarnos con él, porque aunque sea menor de edad… es muy sexy!! [Chupaos esa, falsos amigos que me llamáis gerontofílica por un post de nada: ¡me mola uno que es menor de edad! ¡¡¡JA!!!]

2. Ed Westwick (22 recién cumplidos [entre la escritura de este post y su publicación])

Porque es el morbo personi-ficado. Por tener la voz más bonita del mundo. Porque todo, todo, todo le queda bien (rombos, pantalones de pinzas, trajes, pajaritas, corbatas, y hasta un chándal fosforito [y mira que nosotras no usamos chandals!]).

Si tuviéramos que elegir un equivalente masculino a Carrie Bradshaw sería Chuck Bass, y porque nadie hace mejor de malo malísimo con ganas de ser bueno por amor [¡mmmmmmm! Ésa es una baza segura]. ¡Ah! Y por ser el líder de una banda super chupi "The Filthy Youth" del estilo de "The Libertines"… ¡y a veces canta susurrando!

¡Y ahora sí que sí! Como no podía ser de otra manera, the winner is…

1. Robert Pattinson

Porque… Oh my God!!!!!! Porque es "el hombre más sexy del mundo", elegido por People y por nosotras [en la redacción le llamamos "Nuestro Único Amor", no os digo más].

Porque algunas hemos visto la peor peli del Universo (no, por supuesto que no hablo de "Crepúsculo") por verle desnudo [yo no la he visto, pero creo que sale con un bigote espantoso].

Porque por él estamos dispuestas a volar a Nueva York, Londres o cualquier otra parte del planeta para peinar la zona en su busca [en equipo, que es como mejor se hacen estas cosas].

Porque si nos lo encontrásemos nos arrancaríamos la ropa como medida preventiva. Porque queremos gritarle: ¡MUÉRDENOS! Y porque tiene algo con lo que ningún otro hombre podrá competir nunca: ÉL ES EDWARD CULLEN.

Y antes de despedirnos, una mención especial para dos hombres que nos encantan:

Adam Brody (29)
Y Cam Gigandet (26)
Los dos salieron de la serie "The O.C." (¡Sí! Esa tan maravillosa donde en el primer capítulo Marissa Cooper le preguntaba a Ryan Atwood: "¿Quién eres?" Y él le contestaba: "Quien tú quieras que sea" [y donde pasan más cosas, como el súper beso a la Spiderman de Seth y Summer]) y son auténticos ídolos teen, pero eran demasiado viejos para este post [además Cam sale -superteñido- en Crepúsculo, MeriBella, que se te ha pasado], así que… otra vez será.

[MeriBella, que se me ha olvidado decirte que ahora es cuando vienen las fanes de los Jonas y de Cristiano Ronaldo y nos rompen las piernas...]

martes, junio 23, 2009

Los chungos de nuestra vida: el chunguito poeta (desenlace)

Retomamos donde lo dejamos ayer: un año y medio de trabajo de pico y pala del Chunguito Poeta y una Misia medio agilipollá que se lo empieza a plantear. Este post va dedicado a Elvisina y Lolaina, que estuvieron en primera fila observando toda la historia... sin poder parar de reir.

Os puedo parecer un poco loca (de hecho algún cable se me debió cruzar) pero sopesé la situación y en una decisión totalmente racional decidí darle una oportunidad e intentarlo con él. Fue la primera vez - y última - que un tío me ha tenido que "convencer" para salir con él. Siempre he tenido claro quién me gustaba y quién no y he actuado en consecuencia: si me gustaba era sí, si no me gustaba era no. Esta fue la primera vez que un tío que no me gustaba en un principio me convenció para estar con él con sus argumentos e incluso empecé a encontrarle su punto. Y eso tiene su mérito. Si se hubiera dedicado a ser comercial, en vez de economista, realmente hubiera hecho una fortuna.

Los más alucinados por el comienzo de mi relación con el drama king supremo eran SUS amigos. Todos sacudían la cabeza y nos miraban ojipláticos. Uno de ellos me cogió por banda a solas y empezó a interrogarme: "no lo entiendo, primero Raquel Alberta, que es guapísima, y ahora tú... ¿me quieres explicar qué le veis? porque mira que es feo, perdona que te lo diga... es que no lo entiendo, no lo entiendo". Yo me reía, y decía eso de "bueno, tiene muchas cosas buenas...".

Cuando un tío me gusta, aunque no sea nada guapo, yo siempre le empiezo a ver atractivo y me puede llegar a parecer la persona más frinkable del mundo. Pero con mi chunguito poeta... no había nada que hacer, no había por donde cogerlo: era muy feo y punto. Pero como le tenía cariño, yo le veía feo, claro, era inevitable, pero no me importaba. Era MI feo.

Estuvimos juntos un fin de semana. Me decía que hasta conocerme no se había encontrado a una mujer a la que imaginara como madre de sus hijos, ¡ni siquiera a Raquel Alberta!

Un segundo fin de semana. A esas alturas me decía que me imaginaba entrando vestida de novia en la catedral de ________ (rellenar con una de las ciudades más feas de Castilla la Mancha). Y yo agobiá, porque le imaginaba vestido de bodorrio, con su vena palpitando y, claro, llorando a moco tendido mientras recitaba un cursi poema de los suyos.

Unos días después, como era verano, yo me fui un mes a Palma. Mientras tanto hablábamos por teléfono y nos mandábamos mails, como siempre. Yo no lo vi venir mucho, pero un peligro nos acechaba. Un oscuro pasajero iba en su interior y no iba a dejar que estuviéramos tranquilos. Un oscuro pasajero que era...

... ¡El ansia de drama!

El drama es una droga muy potente, hay gente que es adicta a los momentos intensos y los provoca o se los inventa para tener sus dosis. Eso hizo mi chunguito. Las ansias de drama del chunguito poeta empezaron a desbocarse, y el primer síntoma fue el día de su cumpleaños, cuando le llamé por la noche para felicitarle por la noche:

- ¡Hoooolaaa, Chunguito poetaaaa, de nuevo felicidades!

- ...

- ¿Chunguito Poeta, estás ahí?

- Uh, uh.... BUAAAAAHHHHHH - mi chunguito Poeta lloraba desconsoladamente al otro lado de la línea.

- ¿Qué te pasa, chunguito poeta? es tu cumpleaños, debería ser un día feliz...

- Es que, es que... BUAAAAAAAHHHH, ¡Raquel Alberta no me ha llamado para mi cumpleaños! buaaaaaaah.

Ostras. Llamas a tu chico para felicitarle en su cumpleaños y te solloza sin parar porque su ex no le ha llamado. Si pensáis que le mandé al carajo en ese momentos, es que no sabéis qué tonta he podido llegar a ser en determinados momentos de mi vida. Puse mi chip amiga on y le consolé durante una larga hora al teléfono, porque ¡oh, pobre! su ex- novia no le había llamado.

Unos días después, él aterrizó en Palma. Se había cogido un billete, cuando aún éramos simplemente amigos, para venir a pasar una semana a mi casa a finales de agosto. La relación había cambiado pero el billete no se podía devolver, así que vino a CasaPadres en Palma. Yo no quería decir que era mi novio-cosa porque era demasiado pronto, así que delante de mi familia seguimos como amigos.

Al día y medio de estar mi chunguito poeta en casa, mi padre me dijo cuando estábamos solos:

- Nena, no estaba segura de si este tipo era tu novio o no antes de venir. Pero ahora me he quedado más tranquilo porque sé que no lo es: ¡tú nunca tendrías tan mal gusto! Qué feo es, cojones.

Fue una de esas situaciones en la que estás entre la carcajada y el acojone.

La semana pasó bien, fue agradable y tranquila, aunque veía que él hacía todo lo posible para buscar drama, confrontación y situaciones sentimentalmente intensas. Y yo, que ya estaba harta de problemáticos e intensos, capeaba elegantemente sus ansias dramáticas. Eso desencadenó el final. Porque volvimos a la Península, sin ningún tipo de discusión o problema, y al fin de semana siguiente, "El hombre más feo del mundo" (como pasó a ser conocido por todas mis amistades) me dejó.

- Te quiero mucho, Misia. Eres maravillosa, me tratas genial... pero me he dado cuenta de que no estoy enamorado de ti.

Y desapareció. Dejó de escribirme, de llamarme, de responder mis mails... Desapareció.

No se puede decir que yo estuviera muy dolida por el fin de la relación, pero mi orgullo acabó pisoteado por los suelos, ¡no todos los días la deja a una el hombre más feo del mundo! Y llegado este punto quiero hacer unas puntualizaciones sobre porqué este chunguito poeta es un chungo:

Razón que NO convierte al chunguito poeta en chungo:

- Que me dejara por no estar enamorado de mí. Esas cosas pasan y son absolutamente comprensibles.

Razones que SÍ convierten al chunguito poeta en chungo:

- Su comportamiento antes de liarnos: Odio que la gente que hable a la ligera. Si yo me hubiera enamorado de él, sí que hubiera sido un drama de verdad para mí. Por no hablar de todos numeritos, lloros y los reproches por mala mujer, fría y dura que me tuve que tragar, mientras yo tenía que ir con mimo exquisito para no herir sus sentimientos.

- Su comportamiento después de dejarme: desapareció. De la tan cacareada amistad, tan imprescindible para él, no quedó nada. Simplemente, desapareció. Eso fue lo que más me dolió de toda esta historia.

Con el tiempo comprendí que por su parte eso no había sido amistad, sólo una búsqueda de emociones fuertes y de una idea del amor inexistente. Los "no" le estimulaban y eran un reto, los "sí" acababan aburriéndole. Hubo un tiempo en el que me sentí como un ñu al que han cazado, han cortado la cabeza, se la han disecado y la han colgado en una pared con otros animalicos. Aunque, sinceramente, no creo que mereciera la pena tanto esfuerzo por su parte (¡un año y medio!) para echar un par de polvos y pasar una semana en Palma de Mallorca.

Siempre hay que sacar el lado positivo de esta historia, y ésta también los tuvo:

- Aprendí que nunca hay que creer eso de "eres especial". Pamplinas. Al ver su comportamiento con otras chicas (si no te tengo te persigo, si te tengo te desprecio y te dejo) debí darme cuenta de que conmigo iba a ser exactamente igual, que yo no era en absoluto especial, por mucho que él dijera lo contrario.

-Pude escribir este post de lovers inspirada, en buena parte aunque no en exclusiva, en él.

- Todo lo que había hecho para salir conmigo había sido tan ridículo que fue fuente de risas para todo el grupo de amigos... aún hoy.

- Mis amigas tuvieron una nueva percepción sobre mí: "jo, tía, Misia, qué profunda eres. Porque hace falta ser muy profunda y nada superficial para salir con un tío tan feo como ese".

- Por último, después de estar con el hombre más feo del mundo...

¡SÓLO QUEDA MEJORAR!

lunes, junio 22, 2009

Los chungos de nuestra vida: el chunguito poeta

La sección de los chungos de nuestra vida fue creada hace... puf, la tira. Un montón de lectores han colaborado con nosotras escribiendo sobre su chungo, Be se ha hecho dos... ¡y yo todavía no había escrito nada! Pues he decidido lanzarme a la piscina con la historia de uno de mis chunguitos.

Mi chunguito poeta. Mi lover-chungo. El supremo drama king.

Conocí a mi chungo por internet. Saludé a mi amigo M. por el messenger y me contestó mi futuro chungo: "M. está en la ducha, yo soy su amigo, el chunguito poeta". Hablé con él sólo un par de minutos, pero me temo que fueron demasiados: el chunguito poeta ya había cogido mi dirección de mail y al día siguiente me incluyó en un correo que mandaba a todos sus amigos (y a mí) con una poesía que le había compuesto a su ex-novia.

En ese momento cometí mi primer y gran error: tomarme en serio a la versión humana de la ardilla dramática. Me dio penita y le mandé un mail diciéndole que la poesía era muy bonita (mentí) pero muy triste y que si necesitaba algo... me respondió. Le respondí. Volvió a responderme. Empezamos a escribirnos correos diarios y de longitudes indecentes. Por decirlo clarito y rápido, éramos un par de plastas.

Los dos estábamos en un momento complicado: yo estaba en plena relación con mi chunguito chileno y a él le había dejado Raquel Alberta, ex-novia por la que suspiraba . Su relación había sido curiosa: mientras estaba con ella había estado aburrido y hastiado de ella, le irritaba... hasta que ella le dejó. Entonces se convirtió en el desesperado y perdido amor de su vida.

En fin. Nos hicimos amigos contándonos la vida (y las penas,) vía mail. Unos meses después yo había dejado y superado lo del chunguito chileno y estaba en mi etapa tío-ni-te-acerques-porque-paso-de-los-hombres-y-es-posible-que-te-muerda-un-ojo y él seguía amando dramáticamente a Raquel Alberta, a la que acosaba vía teléfono, seguía escribiendo terribles poesías y acusaba de ser la más terrible y despiadada de las mujeres.

Un fin de semana decidimos conocernos (vivíamos en ciudades diferentes y nuestro contacto había sido siempre vía internet y teléfono). Elvisina, que le conocía, me advirtió:

- Misia, el chunguito poeta es muy feo.

- Ah, bueno, no pasa nada.

- No, no has entendido. Es muy feo, muy, muy feo. Conozco personas que dicen que es el hombre más feo que han visto en su vida, y yo estoy más o menos de acuerdo. Es feísimo.

- Bueno, es simplemente mi amigo, no lo quiero para frinkar.

- Ya, pero yo te advierto. Es majo pero feo a morir.

Le conocí y, efectivamente, era muy feo. Nada en su cara era mínimamente bonito: ojos feos, nariz fea, dientes feos, labios feos, orejas feas. Incluso tenía en la frente la vena más grande que he visto nunca y que cuando se ponía nervioso tomaba vida propia y latía descontrolada. Pero qué más daba, si era mi amigo (o eso creía yo).

A partir de ahí se complicó la cosa, porque horas después de conocernos a él se le cruzó un cable y entre balbuceos me confesó que le había gustado. A mí aquello me pilló totalmente desprevenida, porque después de llorar unas horas antes por Raquel Alberta afirmando que era la mujer de su vida, yo no me esperaba semejante bandazo. Evidentemente yo le contesté un cortés y claro "amigos; gracias".

Tarde. Mi chunguito poeta estaba decidido y comenzó con su estrategia de acoso y derribo. Como gran drama king que era, mi chunguito basó su estrategia en dos aspectos:

Primero) Gestos grandilocuentes: hacía cosas "románticas" en plan dramático e intenso. Me llamaba borracho a las tantas para cantarme canciones de Calamaro y para decirme todo lo que me quería. En su móvil, ante la risa de todos sus amigos y mi estupefacción, yo aparecía como Misia qmqt, por esta canción de Shakira. Se paraba en mitad de una maratón para llamarme y decirme que se había acordado de mí al pasar por una calle con nombre de poetisa que a mí me encantaba. Preguntaba machaconamente a nuestros amigos comunes si tenía posibilidades conmigo, pedía consejos y les aburría una y otra vez contándoles mis virtudes. Me escribía poesías. Me mandaba mensajes de amor todas las mañanas a las ocho. Cada vez que un meodepie, aunque fuera amigo suyo, se me acercaba se ponía en plan atracción fatal y lo mismo salía corriendo cabreado como hacía lanzamiento de cubata por la ventana (lanzamiento de cubata por la ventana deporte olímpico YA). Lo grande eran los numeritos que montaba para intentar dormir conmigo ("te juro que sólo quiero dormir a tu lado, sólo dormir"). En una ocasión estuvo treinta minutos al otro lado de la puerta de mi habitación aporreándola y llorando al otro lado para que le dejara dormir conmigo. Nunca tuve claro si era un romántico perdido o un listo.

Segundo) Acabo de mencionar el segundo punto de su estrategia: llorar. Lloraba. Lloraba mucho y por todas las vías posibles. Me lloró por messenger, en directo, por teléfono, por mail, por sms... y no es que yo tenga nada en contra de la gente que llora, pero es que aquello era un exceso, se mirara por donde se mirara: ¡Seguro que cada vez que lloraba tenía que reponer líquidos y rehidratarse! al fin y al cabo, era un deportista de élite de la lágrima.

Yo le quería un montón, éramos amigos (o eso creía yo) y cuando no me lloraba o me acosaba era un tío muy agradable, divertido e inteligente. Ahí estaba la disyuntiva que siempre está cuando un amigo/a quiere cambiar de categoría y pasarse a la liga de los novios/as. Ningún papel en esa obra es fácil si hay una negativa por medio. Yo ofrecí a alejarme, a quedarme, a escucharle o a desaparecer, lo que a él le fuera mejor. Pero él decía que mi amistad era demasiado importante para él, imprescindible en su vida y blablabla.

Así que continuamos siendo amigos. Yo iba con mil ojos y mil cuidados para no hacerle daño, porque era híper sensible y cualquier cosa provocaba ríos de drama. E intentaba relativizar todo un poco, porque como él era mi amigo (o eso creía yo) también me contaba algo de todos sus otros amores.

Porque a mi chunguito poeta le iba la diversificación: un día me quería a mí, otro día añoraba a Raquel Alberta y al siguiente estaba liado con su amiga ingeniera, mientras que tres días después lloraba porque su amiga gaditana se había liado con otro chico. Creo que con todas seguía la misma táctica que conmigo (poesías, lloros, declaraciones de amor inflamado) aunque tampoco me lo dijo súper-claro (pero entre lo que se le escapaba y lo que me contaban más tarde fui atando cabos).

En fin, un año y medio estuvimos así.

Su discurso básico era "te conozco, te quiero, eres maravillosa y te voy a tratar genial. Te haré feliz y siempre te trataré bien". Ocurrió el efecto gota, una gota que cae y cae acaba haciendo mella en el suelo duro contra el que impacta. Después de muchos meses y su trabajo de pico y pala, empecé a pensar que yo era una tonta, que estaba desperdiciando ¡la oportunidad de mi vida! de estar con alguien que me tratara bien y me quisiera, y que prometía hacerme feliz.


Surgió la duda. No sé si razonable, pero la duda: ¿debía dar una oportunidad a la relación entre la ardilla dramática llorona y la drama queen que soy yo? ¿Conseguiría verle guapo o al menos no feo? ¿Debía intentar superar el trauma que me provocaban sus citas de Calamaro y Bumbury? ¿si me ponía flotador, lograría no morir ahogada en sus lagrimones?

Y como esto me está quedando muy largo, dejo la segunda parte de la historia para mañana o pasado.

viernes, junio 19, 2009

Vis cómica

Soy la peor actriz del mundo. He puesto "peor actriz del mundo" en google (sí, a veces hago búsquedas absurdas de esas... posiblemente sea una de las que hizo una de las búsquedas raras de vuestro blog) y no salgo yo, pero porque google no me conoce y nombra a merecedoras de premios Oscar (a mi lado) como Pia Zadora, Paris Hilton, Lindsay Lohan, Madonna o Britney Spears.

La cuestión es que soy plenamente consciente de que soy una actriz malérrima. También soy consciente de que canto fatal, así que intento que no me arrastren a karaokes y demás sitios infernales. Pero últimamente no he podido evitar que pequeños teatrillos se metan en mi vida y me involucren.

Cuando hice el casting para la compañía de danza oriental, después de bailar la directora me preguntó qué tal llevaba lo de actuar:

- ¿Pero hay que hablaaar???

- No, no hay que hablar. Pero habrá interpretación gestual.

- Bueeeeeno, pues la verdad es que... bueno, si no hay que hablar... no mucho, pero... si no hay que hablar ... supongo que podría hacerlo - sudores fríos me entraron. Sabía yo que eso no era lo mío por experiencias previas.

Así que ahí estaba yo, en los ensayos con la compañía y la directora diciéndome:

- Estás asustaada, has oído unos ruidos fuera y no sabes que ocurre... - y Misia:



- Emmm, vaya... bueno, piensas que lo que viene te va a hacer daño y te va a quitar la libertad, y te desesperas porque no quieres... - y Misia:


- Creo que vamos a trabajar más sobre esto (suspiro).

Quedó prístino que yo era espantosa como actriz, pero me diluí entre mis compañeras y confiando en la distancia a la que estaba el público se sobrellevó.

Hace un mes, me pidieron una pequeña colaboración para superegos: necesitaban una voz femenina que dijera una simple frase. Le debía un favor al Anómalo, así que me vi obligada a decir la dichosa frasecita:

- Doctor.. jjajajajajajjajaja - y es que os juro que es ponerme un micrófono delante y entrarme la risa de los nervios y de la vergüenza. Pava que es una. Creo que el único momento en el que pude guardar la compostura fue en la entrevista de Radio 3 y se debió a que no tenía que actuar sino simplemente hablar como Misia y, sobre todo, porque estaba acojonadísima.

- Otra vez, Misia.

- Jajajjajajajajajajajaja.

-Misia.

- Jajajajaja.

- Otra vez, Misia.

- Voy, venga, ahora es la buena: Que dice el administrador de la frinka... jajajajajajaaja.

Os ahorro toda la escena, porque durante más de media hora fui incapaz de "meterme en ese papel de gran dificultad y profundidad psicológica de secretaria del psicoanalista" y decir una simple frase. Al final, paré de reir e hicimos ¡doce grabaciones! de la frase, en la que en cada una me superaba haciéndolo cada vez peor. Ah, los directores, esos santos que lidian con las estrellas como yo... Al final algo rescatable hubo (poco) y pudieron montar el superegos de Wally con la dichosa frase (por cierto, os recomiendo especialmente este episodio).

En fin, menudo alivio eso de no tener que hacer ni amago de interpretación aunque sea chorra, porque lo llevo fatal. Con el espectáculo de danza hecho y el favor al Anómalo devuelto ("si escribiera uno de Lara Croft, ¿me echarías un cable? ¡tienes trenza y es lo único que necesito... busco a alguien que te doble y tú me prestas tu pelo" - desde aquí te digo NO, no pienso volver a ponerme delante de una cámara y/o un micrófono) pensé que todo había acabado.

Pero esto me persigue y mi flamante y maravillosa profesora de danza de este año ha montado una coreografía maravillosa para el final de curso... con teatrillo incluido. Y a la hora de repartir los papeles, mi profesora se gira hacia mí y me pregunta:

- ¿Qué tal tu vis cómica? porque he pensado que...

Así que hemos vuelto a empezar. Esta vez explotando mi vena gansa -esa que no saco a menos que esté en petit comité y conozca muy, muy bien a la gente con la que estoy - pero delante de centenares de personas. Menos mal que son sólo unos minutos en un par de actuaciones este fin de semana. Pero ya estoy atacada...

miércoles, junio 17, 2009

Cuento de exámenes

Había una vez, en un reino muy, muy lejano un palacio...

No, no, esto es un cuento moderno y no puede empezar así.

Había una vez, en una Chonilandia muy, muy lejana, una república independiente de mi casa. En esa republicaindependientedemicasa había una princesa llamada Misia que gobernaba con benevolencia y bondad sobre todos sus súbditos (es decir, todas las pelusas de la república)*.

La princesa Misia era muy apañá y generalmente hacía cosas de princesa: dormía la siesta en su sillón azul (estiradita y roncando como sólo se estiran y roncan las princesas) y hacía croquetas de jamón serrano. La princesa Misia también proporcionaba graciosamente bolas de pollo y arroz al gran visir del reino, un ser peludo y maullante que conducía con garra dura a todos los súbditos del reino, y croquetas de jamón a su príncipe.

Pero la princesa Misia tenía un secreto: a modo de princesa Fiona se transformaba en ogro, pero no en un ogro buenrollista como Fiona sino en un ogro gruñón y borde. Menos mal que la transformación no ocurría todas las noches (su príncipe habría huido por tener a un ogro insoportable tanto rato cerca). La princesa Misia se transformaba cuando encontraba individuas vagas en sus tareas fuera del reino republicano o cuando se alineaban los planetas de forma especial dos veces (o tres) al año y los dioses mandaban ese castigo divino llamado exámenes. Entonces el ogro Misia volvía, el gran visir y el príncipe temblaban y las pelusas cantaban vítores desde sus rincones (es de sobra conocido que quien estudia no controla el tamaño de sus pelusas).

Generalmente todo se reducía a no ver a gente humana en periodos de ogrización - menos al príncipe, al que por príncipe le tocaba apechugar - pero en esta ocasión algo extraño ocurrió: dos embajadores extranjeros llegaron a la repúblicaindependientedemicasa. Arribaron al reino una embajadora doncella que hizo un viaje trasmediterráneo y otro que cruzó la ciudad desde el barrio del Pilar.

Ah, los pobres. Ah, ingenuos ignorantes que no sabían dónde se metían.

Los embajadores se toparon con una ogro ciclotímica que pasaba rápidamente de estar en modo on (cabreado, diciendo gggrrrrrrruuuuuaaaa) a estar en modo off (catatónico perdido, diciendo bleeeeeee). Los embajadores flipaban. Y esquivaban a la ogro en el pasillo, porque la ogro estaba muy borde.

Lo peor es que hubo víctimas mortales.

Los embajadores habían traído consigo una manada de conejos. Unos conejos preciosos y mágicos, ya que tenían la piel de oro y se contaba que también tenían la sangre de chocolate, aunque nadie lo sabía a ciencia cierta porque como eran unos conejos sagrados nadie se atrevía a despedazarlos.


Una noche, mientras los embajadores dormían y la ogro princesa estudiaba Antropología de la Educación, parece ser que algo pasó. Porque al día siguiente al despertar, los embajadores comprobaron que faltaba un conejo sagrado en la manada.


Todos miraron a la ogro:

- ¡A mí no me miréis, que yo he estado estudiando! bueno, yo oí un ruido, un ruido fuerte. Supongo que fue el conejo, que salió huyendo de su manada aprovechando que ya no está en vuestros reinos, como antes los rusos de las películas, que desertaban todos los inteligentes y guapos como Sean Connery con el submarino. Ha huido el conejo, no le busquéis que será más feliz allá donde quiera que esté, porque ha huido...

Pero la ogro no había sido lista, porque cada vez que dejaba su personalidad de princesa y se volvía ogro se volvía medio lerda y no había ocultado los restos del crimen. Los embajadores y el príncipe encontraron restos de piel dorada de conejo sagrado y de sus patas desperdigados en la nevera.

Lo de debajo es mi mantel naranja con vacas

- ¡Ajáaaa, has sido tú!

- Sí, he sido yo, ¡lo confieso! Me he saltado el desafío beta... ¡pero mi cerebro de ogro necesitaba carne de conejo sagrado!

- Ah, vale, bien.

Y fin de la historia. Porque los exámenes acabaron, el proceso de desogrización de la princesa Misia empezó y los embajadores y los conejos volvieron a estar seguros.

Eso sí, aún quedan restos del proceso mental ciclotímico, extraño y de ralladura que tuvo el ogro. Restos de la ralladura mental, como este post. Prometo no hacerlo más.


*Que sí, que ya sé que no hay princesas en las repúblicas pero a) es mi cuento, b) es mi cuento y c) ¡que me gusta a mí ser princesa, hombre!

martes, junio 16, 2009

Que viene Montoro


Mi pequeño portátil ha muerto*, al menos hasta nueva orden (ya le haré un funeral vikingo -pero sin fuego, que seguro que es tóxico- como se merece), así que tengo media hora exacta para escribir un post que dejar programado para mañana.

Se me ocurre contaros que el otro día mi jefa entrevistaba a Cristóbal Montoro. Llegó toda emocionada (y mira que lo tiene visto):

Jefa: Chicas, ¡que viene Montoro!
Todas: ...
Jefa: Chicas, ¡¡¡que viene Montoro!!!
Todas: ¡Yupi...!
Jefa: ¿Quién se viene a ver la entrevista?
Todas: ...
Jefa: ¿No queréis conocer a Montoro?
Todas: ...

Entendedme, no era nada personal. Teníamos muchísimo trabajo y al fin y al cabo la entrevista la íbamos a tener que escuchar dos horas después.

Jefa: ¿Me estáis diciendo en serio que no os apetece muchísimo conocer a Montoro?
Gemi: ...No...
Fuckoff: ¿mmmmnop?
Parker: No.
Jefa: Pues no es normal, deberíais querer conocerlo.
Be: Yo es que ya le conozco.

Sí, desayunamos juntos un día. Café, zumo de naranja y bollitos. En Génova. Por trabajo y con otros 7 periodistas en la misma mesa.

Jefa: Pues aún así, no es normal. Deberíais querer ir a conocerlo.
Be: Venga, voy yo y traigo besos para todas.

Mi jefa estaba indignada indignada. Cuando volví al cabo de cinco minutos (obviamente no me quedé toda la entrevista) los compañeros de los demás equipos estaban descojonados y solidarizados con nosotros.

Clon: ¡Mira que no querer conocer a "Montoro, el Hombre"!
Parker: ¿No es como un poco pereza...?
Be: No creas, es un tío muy divertido, yo no me lo esperaba pero te ríes un montón.

Y Corresponsal se ha ido de vinos con él alguna vez allá por Esosmundosdedios, y dice que es encantador, y que la primera vez flipó y le dieron ganas de decirle "Sr. Montoro, ¡domínese!" y que le cayó bastante bien.

Lolo: Yo os entiendo perfectamente. Si fuera Trini... Yo por ejemplo, por Soraya no bajo.
Be: Yo por Durán i Lleida lo dejo todo, pero es que por Montoro...

Últimamente he visto a Zaplana (fatal, no tiene culo y sí unas piernecicas de ésas flacas que hace que los pantalones le queden fatal), a Rato (me encantó tanto que lo hice constar en un post), Güemes (el horror, parece que su pelo tiene vida propia y comparten espacio vital en perfecta simbiosis), González Pons (es aaaaaaaaaalto). Y no hay ninguno como mi Josep Antoni.

Fuckoff: Pues yo ni por Acebes.
Be: ¿A-ce-bes...?
Parker: Sí, es que a Fuckoff le pone Acebes.
Be: ¿Te pone Acebes?
Fuckoff: No pienso entrar en el tema, pero sí.

A los que se meten conmigo por molarme mi Josep Antoni, seis palabras:
Podría ser peor. Podría ser Acebes.

*Y no sabéis el estrés que me da no tener ordenador con lo adicta que soy yo a mis emails, y a la blogosfera, y a Facebook, y además justo ahora que me he hecho twitter-er (me llamo BeQaD). En fin.

miércoles, junio 10, 2009

Llega el verano, tiempo de sol, calor y ciruelas


Me han regalado un libro precioso. Empieza así:

"El dulce de guinda brillaba rojísimo entre las avispas amarillas y negras y el viento removía las ramas de los robles y las machas del sol corrían sobre el musgo, sobre la hierba suave y húmeda y sobre la cara de los invitados y de las mujeres y de los hombres, que estaban fumando y riéndose todos a un tiempo".

La Feria del Libro de Madrid marca, para mí, el principio del verano. Estamos ya en la recta final de este periodo de tres semanas en el que una se deja el sueldo que tiene y el que no tiene en comprarse cosas chupis que leer. Yo me he comprado siete libros y me han regalado tres más.

El que más por sorpresa me ha pillado, porque no esperaba que me lo regalaran y porque no esperaba que me fuera a gustar tanto, se titula "Helena o el Mar del Verano".

Es una novelita corta, 90 páginas, llena de color y amor y nostalgia. Imagínense un narrador tan naive, tan inocente y tan feliz como el Durrell de "Mi Familia y Otros Animales" pero en Gijón, en un ambiente católico que lo envuelve todo y hasta asfixia un poco, pero visto desde los ojos de un niño para quien nada es cuestionable y nada es maldad.

Un niño: de los de antes, de esos para los que el mundo de los mayores era un lugar a conquistar, al que había que llegar y luego ganarse el derecho a ser considerado un hombre.

Tres episodios: Verano-Invierno-Verano.
Verano. El protagonista es un niño y vive en el mundo de los niños, disfrutando de la vida de forma totalmente sensual (todo es color, olor y sabor) y hasta pagana.
Invierno. Al niño le abren la puerta al mundo adulto, y la sensualidad deja de no tener nada malo.
Verano. La infancia va quedando atrás, el protagonista es ya un adolescente... y el verano vuelve a traerle el gozo pagano de la vida.

Una niña: Helena. A la que llama libre y valiente. La niña que le produce unas extrañas ganas de llorar y llorar de felicidad por seguir llorando para siempre. La casimujer que le produce un miedo raro, con la que comparte cosas, ritos secretos, pecados, amor, lágrimas, sangre.

Me ha encantado "Helena o el Mar del Verano", de Julián Ayesta.

Me ha dejado llena de felicidad, como siempre que triunfa el paganismo y el amor.

Y también me ha dejado pena, porque al leerlo desde mis 31 años sé que esa libertad, esa manera de vivir a conciencia, no puede durar.

martes, junio 09, 2009

Camisas vs. Camisetas


Esta bloguera que les escribe continúa su proceso de exploración vital y pisa con garbo el movedizo terreno de las primeras citas. Jónatan Sark me avisa de que, como siga así, en vez de una servilleta tendrán que hacerme un mantel. Yo no le hago caso porque me lo estoy pasando muy bien y además, como recompensa, me rondan las musas.

El post de "camisas contra camisetas" estaba pendiente desde hace un montón de tiempo, y el otro día me acordé. Básicamente, porque otro elemento en discordia entró en la ecuación. Verán.

El caso es que yo había quedado con un chico al que conocía ligeramente, aunque nuestro primer encuentro data de los 19 años -eso dicen, aunque yo no me acuerdo, la verdad-. Quedamos a tomar unas cañas y tal… y el chaval va y aparece con un polo de Ralph Lauren.

No, por favor. ¡Un polo! El antisexi.

La única persona que conozco que lleva polos con asiduidad es EmeA, pero él es naturalmente sexi y lo seguirá siendo se ponga lo que se ponga. Fuera de EmeA un polo es… rígido, áspero, cero confortable. Un polo es soso, un polo es poco creativo, un polo tiene un cuello absurdo. Un polo es antisexi. Un polo es… ni chicha ni limoná.

Y yo les había prometido hace mil años un post en el que precisamente trataríamos de elegir entre chicha y limoná. Pues pasen y vean.

StreetGirl y yo tenemos comprobado que en los sitios que nos molan hay más chicos con camiseta que con camisa. Y que entre la ropa de chico que nos gusta hay más camisetas que camisas. Y que los chicos que nos gustan llevan más camisetas que camisas.

Una noche hicimos una encuesta entre las chicas del bar en el que estábamos -conocemos al dueño desde hace tantos años que es como el salón de nuestra casa- y salió una aplastante mayoría de team-camiseta.

Recuerdo la primera vez que vi al Sr.Pérez (mi novio de los 21): llevaba una camiseta negra con el cuello y el borde de las mangas en blanco, como si se tratara de dos camisetas superpuestas, con un poco pinta de alzacuellos… Dios, qué sexi estaba. Siempre me acordaré con cariño y lujuria de esa camiseta.

También recuerdo el día que mi amigo Jero apareció en el Master del Universo con una camisa de cuadros blanca, negra y roja que nos puso malas a todas. Podría apostar a que ninguna mujer que lo viera aquel día pudo evitar pensar en frinkárselo. También recordaré siempre esa camisa, pero como algo excepcional.

Vamos con un set de reglas generales.

Preferimos las camisetas porque:
-Es un clásico de ayer y hoy muy versátil que permite aportar originalidad al atuendo y ponerle un toque molón.
-Denota una cierta libertad en el vestir que se puede traducir en un menor convencionalismo vital que los tíos que eligen ponerse camisa también cuando no están trabajando.
-Es la prenda "anti-abuelo": si va en camiseta muy carca no será.
-Ciertas camisetas permiten, además, conocer los intereses de quien las lleva (bandas de música, referencias pop, ilustraciones).

Claros (y escasos) momentos de "Camisetas NO":
-Las camisetas perroflautas que son simplemente para empezar a potar y no acabar.
-Las camisetas de publicidad de la empresa de tu tío o del bar de tu amigo Pepito, que son para llevarlas al gimnasio o, como mucho, a la playa.

Momentos (concretos) en que sí podemos preferir las camisas:
-La camisa de Jero.
-Camisa blanca de manga corta con chaleco negro de punto (me encanta).
-Camisas hawaianas.
-Variaciones tipo rollo japonés o indio, que pueden molar.

Claros momentos de "Camisas NO":
-Las típicas camisas de rayas que gritan "pijo".
-Las camisas ajustadas de corte "de muhé" (como las que llevaba mi nazi), que gritan "macarra" o "metrosexual".
-Camisas de uniforme, de estampados rarunos, de la talla equivocada (hombros demasiado anchos o estrechos, cuello demasiado pequeño o grande, brazos cortos o largos) que gritan "soy un ente raro".

Por si llegados a este punto aún no lo tenemos claro, he propuesto un par de casos prácticos a algunas amigas.

CASO UNO: En una fiesta te presentan a dos chicos. Uno lleva una camisa de Ralph Lauren, el otro una camiseta negra de los Ramones (tomado como grupo de música genérico). ¿En cuál te fijas?

Cattz: Ralph Lauren. Es que los Ramones y yo no somos muy íntimos… Además, en los últimos tiempos me he notado con tendencias pijas.

MissX: Ramones. Lo veo menos preocupado por arreglarse, y me gusta mas relajado. El de la camisa de Ralph Lauren no me llamaría la atención.

Barbija: Obvio, en el de los Ramones. Porque estadísticamente (según mi propia experiencia), los que llevan polos de Ralph Lauren defienden cosas que aborrezco. Claro está que los habrá que se salven, pero no conozco ningún caso. Y los que visten camisetas de grupos, tampoco es que eso les dé mi beneplácito ipso facto, pero los prefiero para mantener una conversación.

CASO DOS: ¿Y entre una camisa negra de manga corta de las que marcan un poco de musculito y una camiseta friki chupi tipo "Mi nombre es Iñigo Montoya"?

Cattz: ¡Tiro al friki! A mí me atraería una camiseta simpática. En ese caso, optaría por la camiseta, pero porque mi pequeña friki interior sentiría inmediata ternura.

MissX: Camiseta friki = molona: SÍ. Marca musculito = I'm trying too hard: No.

Barbija: Camiseta. El sentido del humor me estimula más que unos músculos, y encima si su dueño está encantado con ellos... es que ya me mata.

A estas alturas creo que my point is clear. Mientras espero la contribución de las lectoras en los comments, vean unos ejemplos de lo que sí y de lo que no:

SÍ:

NO:

SÍ:

NO:

SÍ:

NO:

SÍ:

NO:


Pues eso.

viernes, junio 05, 2009

Cosas colgadas

Postales. De sitios en los que estado (la Mezquita azul, Fontana de Trevi, Panajachel). Postales de sitios en los que vive gente a la que quiero y a los que tengo pendiente una visita (las calles de Salvador de Bahía, el castillo de Neuschwanstein, Santiago de Chile).

Postales de algunas de mis obras de arte favoritas. La Dánae de Rodin. La Venus del Espejo. Van Gogh. Frida. Una estela maya. Entradas de teatro y folletos de exposiciones que me gustaron. Un flyer del espectáculo de danza oriental que hicimos.


Versos. "Quién podría vivir en la tierra, si no fuera por el mar". "Ya no sé si me explico, pero quiero aclarar que si yo fuese Dios...". Una foto de Alfonsina.

Un espantaespíritus regalo de la Fallera yeyé. Una flauta indígena brasileña que me trajo mi brasileiro. Una concha del Camino de Santiago. Una rana-pin. Unos muñequitos quitapenas regalo de los guatemaltecos musicales. Un icono que me regaló una alumna rumana. Una máscara veneciana que no me gusta.

Y fotos. En la primera fiesta con mis amigos del doctorado. En el sitio del queso con la gente del máster. Con estos amigos en un cumpleaños. Con Elvisina, Lolaina y Nena Patinadora en otro cumpleaños. Con mi niña Colochos. Con mi familia. Fotos de enanos con Hermano (en una saltando como micos sobre mi abuelo, qué paciencia tenía el hombre). Claro, no podían faltar un par de fotos con mi bella S, riéndonos como siempre. De adolescente delante de la Venus de Milo. Con mi perri. Con mi primer grupo de alumnos de español. Con mis amigas de baile.

Todo eso (y más cosas) tengo en un panel de corcho encima de mi mesa de estudio. Todo apretadito en plan collage, horror vacui, con objetos que cuelgan de las esquinas y de chinchetas.

Y todo eso es lo que veo estos días si levanto la cabeza de mis libros. Lo miro, respiro, me calmo y vuelvo a hundir la cabeza en el estructuralismo francés, el pelo social, los ritos de paso y los postboasianos. Y así hasta que acabe mis exámenes en una semana y pico.

Hasta entonces.

miércoles, junio 03, 2009

Los Chungos de Nuestra Vida: El Que Nunca Debió Volver a Aparecer


Nueva actualización de la Sección Chungos (ver definición aquí y reglamento aquí). Es tan bizarra que no puedo revelar mis fuentes, así que dejémoslo en que yo estaba con una amiga tranquilamente hablando… y hubo un momento en que no pude resistirlo más, saqué mi minimoleskine rosa y pedí permiso para contar aquí, de la forma más anónima posible, la historia.

A mi amiga la llamaremos Cleopatra. Al chungo, Twin.

Cleo: ¿Te acuerdas de Twin, el chico con el que salía en el colegio?
Be: Claro, ¿qué es de su vida?
C: Bunca te dije que volvimos a liarnos años después, ¿verdad?
B: ¡No! Tía, qué ¡fuerrrrrrrrrrrrrte!
C: Pues sí. Nos encontramos un día por casualidad. Yo estaba parada en un semáforo, alguien me pitó desde un coche y era él.
B: ¡Vaya!
C: Sí. Nos fuimos a tomar un café para recordar viejos tiempos y así empezamos a vernos.
B: ¿Y qué tal?
C: Pues no sé, normal. No sé por qué quedaba con él… no puedo explicarlo. Ya no teníamos nada que ver. Pero quedábamos. Era como si tuviéramos algo pendiente.
B: Ajá… ¿Te lo frinkaste?
C: Qué lista. Sí. Un día fuimos a su casa, y no estaban sus padres, y… sí.
B: Y lo tachaste de la lista de cosas pendientes.
C: No fue nada digno de mención, lo fuerte vino después.
B: ¿Lo fuerte?
C: Sí. Cuando terminamos Twin fue al baño, y al rato fui yo… y me encontré con que me había preparado una especie de bacinilla sujeta a la taza del váter…
B: Perdona, ¿cómo dices?
C: Sí, cómo lo oyes. Era como una bacinilla, un barreño, adaptada al inodoro.
B: ¿Pero en qué momento…?
C: Efectivamente, me quedé flipada.
B: Cleo, voy a necesitar un minuto para recuperarme de la impresión.
C: Créeme, Be: si en algún sitio podía haber un artilugio como aquel era allí: esa casa era como súper Torrente.
B: Y el chico se fue al baño y te colocó la bacinilla. Qué servicial.
C: Ésa fue una de las cosas que me pasaron por la mente, sí. Una de las miles.
B: Ya… Dios mío.
C: Sí, esa fue otra de las cosas.
B: ¿Y qué dijiste?
C: Yo lo miré, le miré a él y dije "Uy, qué curioso".
B: Tía, qué autocontrol.
C: Y qué iba a hacer.
B: No sé, preguntarle que de dónde lo había sacado. Porque la movida esa era un chisme hecho a propósito para ser acoplado al asiento del váter ¿o qué?
C: Exacto, tenía como dos ganchitos…
B: Dios mío.
C: Claro, podría haberle preguntado "¿Dónde se consigue uno de estos?"
B: A lo mejor lo había hecho él con sus propias manos. Igual era una antigüedad. Igual era la bacinilla de la familia.
C: A lo mejor. ¿Cuántas generaciones de mujeres de la familia Twin habrán usado la bacinilla?
B: ¿Quién limpiará la bacinilla?
C: Pues no sabes lo peor.
B: Dios mío, ¿hay más?
C: Tenía ganas de hacer pis.
B: Oh.
C: Y cómo haces para quitar la bacinilla de la familia sin tocarla.
B: ¿Y qué hiciste?
C: Irme. En ese momento recordé que tenía una cita ineludible y me fui a mi casa.
B: Me parece totalmente comprensible.
C: A él, aparentemente, no. Durante un tiempo me siguió llamando para quedar y yo siempre le dije que no. Pero luego me enteré de que todo el tiempo había tenido novia.
B: ¡Ajá! Otra usuaria de la bacinilla.
C: Probablemente.
B: Cleo… vamos a brindar.
C: Brindemos.
B: Porque los chungos que salen de nuestras vidas no vuelvan más.